miércoles, octubre 17, 2007

Nunca vino a amarte

Jeanloup Sieff

Nunca vino a amarte. Pero tú te sentías amada. He aquí el terrible problema de tu mente. En tu universo, tú eras su princesa. En la realidad, él te castigaba. Te arropaba con cómodas incertidumbres, a las que tú dabas tiempo. Te mantenía con preciosas mentiras, que siempre creíste verdades. Ella, has de asumirlo, nunca vino a amarte. Soñarlo para ti fue tan dulce como doloroso.


Contigo siempre pensé en una rosa. Con su intocable belleza y sus más que acechantes espinas, se mantiene inmune hasta que alguien decide cortar su tallo o hasta que el inexorable tiempo le arrebata su esplendor y va haciendo que lentamente muera.



Y aquí estoy yo. Espectador de tu vida y de la mía. Porque Ella... te quiero. Por eso desprecio mi vida. Amarte es odiarme. Odiarte acabaría con mi vida. ¿Oyes? Mis latidos se disipan. El odio roe mis entrañas. ¿Quién hay ahí?

No hay comentarios: